¡Sant Jordi 2011!

Cuenta la leyenda, que hace muchos, muchos años, un dragón tenía atemorizado a un pueblo, al cual atacaba sin piedad. Los habitantes del pueblo decidieron entregar dos corderos al dragón cada día para que fueran devorados por él y saciara su hambre, evitando así que atacara la villa en busca de otros alimentos. Un día, los corderos empezaron a escasear y no tuvieron más remedio que empezar a enviar personas al dragón. Se hacía un sorteo, y al desgraciado que resultaba elegido no le quedaba otra opción que acudir a su fatal encuentro con la bestia. Un día, en el sorteo, salió el nombre de la hija del Rey, y la desdichada princesa tuvo que encaminarse hacia la guarida del dragón. Mientras caminaba rumbo a su fatal destino, se encontró con San Jorge. Éste, al oír su historia y el terrible final que la aguardaba, se ofreció a rescatarla. Se enfrentó al dragón y lo mató, y de la sangre que fluyó del cuerpo sin vida del dragón nació una rosa.

De esta leyenda nació la tradición de regalar una rosa a la mujer amada, y como además resulta que el día de San Jorge, o Sant Jordi por estos lares, es también el Día del Libro (por aquello de que es el día en el que murieron Cervantes y Shakespeare), se instauró en Cataluña la bonita tradición de regalar una rosa a la mujer amada, y un libro al hombre amado.

Como yo digo siempre, las tradiciones no hay por qué cumplirlas a rajatabla, es decir, yo prefiero mil veces que me regalen un libro a que me regalen una rosa. A las mujeres también nos gusta leer, ¿y por qué no vamos a poder regalarle rosas a un hombre? En fin, que mi parte contratante lo sabe muy bien y nosotros nos regalamos mutuos libros por Sant Jordi, y nada de rosas.

Pero eso no quita que os regale una rosa a todos los que paséis por aquí a leer mi humilde blog:

Rosa negra sobre papel negro, qué le vamos a hacer, tengo debilidad por ellas...

Y por supuesto, no podía faltar una mini reseña de los libros que me han caído en este Sant Jordi:

El cuento del grial, de Chrétien de Troyes (Edición bilingüe de Martín de Riquer, por la editorial Acantilado). Ando estos días viciándome a la literatura medieval, y en especial a las Leyendas Artúricas, así que estoy encantada con esta edición de uno de los clásicos entre los clásicos sobre este tema que me ha regalado mi parte contratante. Se trata además, de una edición bilingüe, que incluye el cuento en verso original en francés, y su traducción en prosa al castellano. Mi francés es lo más básico del mundo, pero me pirran las ediciones bilingües y seguro que puedo comparar y aprender mucho con esto. Al fin y al cabo, no son idiomas tan dispares el uno del otro.

La Bruja. Un estudio de las supersticiones en la Edad Media, de jules Michelet (por la Editorial Akal). El libro anterior ya me lo medio esperaba, así que mi parte contratante también me ha sorprendido con este otro, que no conocía, pero que tiene una pinta increíble. Es un análisis sobre la brujería y sus rituales en la Edad Media, a través de datos recogidos en actas judiciales, manuales de inquisidores y demás documentos de la época. Por lo poco que he podido ver, el autor, un importante historiador francés del siglo XIX, no se limita al mero análisis y exposición de datos, sino que cuenta las historias que componen el libro a modo de narración, y algunos pasajes que he curioseado al azar me han dado unas ganas tremendas de empezarlo. Pero todo a su tiempo…

Y no os penséis que la cosa acaba aquí, porque yo también me he autorregalado algo. De hecho, es un libro al que le tenía echado el ojo desde hacía bastante tiempo:

¡Los Viajes de Marco Polo! El famoso explorador veneciano es una figura que siempre me ha llamado la atención desde mi más tierna infancia, y en esta obra recogió sus viajes y aventuras por regiones que hasta entonces eran desconocidas por sus coetáneos, y sus contactos con los pueblos y culturas que las habitaban. Hacía muchos meses que miraba este libro en la librería con ojos de «mmmmh, me lo tengo que comprar algún día»… Pues bien, ese día ha llegado y ya forma parte de mi biblioteca.

Y aún queda, porque, como ya he dicho anteriormente, no hay por qué cumplir las tradiciones a rajatabla, y por lo tanto, no sólo las partes contratantes nos regalamos libros mutuamente. Entre mis amigos también nos los regalamos. Pero como no nos hemos visto hoy, tendrá que esperar la cosa un día o dos…

A veces me gustaría no tener que trabajar ocho horas diarias para poder leer y dibujar todo el tiempo… qué penita.

¡Feliz Sant Jordi a todos!